Luis Alberto asistió a un evento y ahí dio un discurso… no se vieron aplausos, no se difundió nada, no tuvo repercusión ninguna.
Luis Alberto es buena gente, pero es visto como banquero y heredado de Juancito.
Juancito en otra época fue bien valorado sin embargo un análisis hoy de su legado daría casi nulo, puesto que importantes cambios en el municipio nunca se dieron de su mano, manteniendo el abuso crimen medioambiental conocido hoy como «Transfer» que permitía tirar basura al río, miles y miles de toneladas, de forma inmisericorde, mientras entregaba el negocio millonario de recogida de basura a empresas lapidadoras… el programa Limpia que era su ícono termino siendo fraudulento y pobre, quedando temprano obsoleto y para colmos, la falta de seguimiento y mantenimiento del parque vehicular permitió se autodestruyera y aun la ciudad paga esas deudas.
Juancito no deja legado alguno y aunque es cierto que el Plan de Desarrollo se confeccionó en su tiempo, la otra realidad es que los parques ideados por Balaguer nunca les puso una mano, las cañadas las mal limpió o no limpió, el edificio terminó siendo un elefante de 4 pisos con pocos parqueos y con mil vicios de construcción, reevaluándose y cientos de malas ejecutorias que no perdonan cualquier indagatoria.
Luis Alberto quiere resucitar un legado que es muy cuestionado y ese es su principal error además, el cuño de banquero, una actividad que tanto daño le ha hecho y hace a la sociedad, le impide crecer.
Luis Alberto necesita hacer un «transfer», pasar de ser un Luis Alberto a ser otro y aunque la campaña le permitió ser un poco conocido la realidad es que aun su discurso no cala, puedes ser buena gente, excelente empresario y nulo político.
Mil cosas se pueden decir, sin embargo, hay poco que mostrar.
La debilidad mostrada al no poder conseguir ni un regidor ni un diputado afín a su corriente política, que una de sus «apoyos» lograra su victoria por si solo y el otro fracasara hasta el punto que posiblemente hoy ya abandonó la política, habla muy mal del liderazgo y su capacidad de aglutinar dirigentes… o sea, un divorcio entre el PLD real y el inducido.
Hoy, el que una noticia donde Luis Alberto fue el «invitado» que aunque coyuntural fue el principal y «no fuera noticia», es un signo de la debilidad en el interés incluso en la «prensa municipal» sobre la figura que para colmos mal anda en un partido hoy destrozado en el cual su figura «cándida» no ha podido imponerse.
La nulidad de sus palabras lo colocan en el lado de los que ni alcanzan a ser oposición.
El futuro nadie lo puede escribir, es tan impredecible como el mundo mismo, pero el contexto real político anuncian que las críticas a la actual administración no avanzan un centímetro incluso, cuando en alguna podría tener razón y es porque el pueblo y su partido no lo ve como el interlocutor en el escenario político actual.